Esto también pasará, un mensaje que invita a reflexionar

 Esto también pasará, un mensaje que invita a reflexionar

Si usted está viviendo la reciente pérdida de un ser querido o está pasando por un momento sumamente complicado, es importante que tenga paciencia con todo aquello que no está resuelto en su corazón. Por el momento, tantas emociones son un cuarto cerrado con libros escritos en un idioma muy extraño y doloroso.

 

Por favor, no busque ahora las respuestas, le sugerimos refugiarse en el idioma de los cuentos. Ellos nos hablan en un lenguaje más profundo que nuestra razón.

 

Dejémonos llevar para que  lleguen y nos acaricien como una cálida brisa reconfortante, será un momento de silencio en el alma entre el ruido cotidiano y quizá podamos sentirnos mejor.

 

Leamos estos y otros cuentos, pues son un baño limpio de sabiduría.

 

El mensaje del anillo

Erase una vez un rey que mandó a fabricar un precioso anillo, en el que quería guardar un mensaje oculto que pueda ayudarle en momentos de desesperación total. El mensaje debía ser breve y directo.

 

Instruidos y grandes eruditos reflexionaron y buscaron en sus libros, pero no encontraron nada.

 

Un anciano sirviente le dijo: –No soy un sabio, ni un erudito, ni un académico, pero conozco el mensaje que tienes que llevar el anillo. Lo escribió, lo dobló y se lo dio al rey.

 

Pero no lo leas ahora –le dijo–, mantenlo escondido en el anillo. Léelo solo cuando todo lo demás haya fracasado, cuando no encuentres salida a una situación.

 

Ese momento no tardó en llegar. El país fue invadido, y el rey emprendió la huida en su caballo. Estaba solo y los perseguidores eran numerosos. Llegó a un lugar donde el camino se acababa, no había salida. De repente se acordó del anillo. Lo abrió, sacó el papel y allí encontró un pequeño mensaje tremendamente valioso.

 

Simplemente decía: «Esto también pasará». Mientras leía el mensaje sintió que se hacía a su alrededor un gran silencio.

 

Los enemigos que le perseguían debían haberse perdido en el bosque, o tal vez se hubieran equivocado de camino, pero lo cierto es que, poco a poco, dejó de escuchar el trote de los caballos. El rey se sentía profundamente agradecido con el sirviente. Aquellas palabras habían resultado milagrosas.

 

Dobló el papel, volvió a ponerlo en el anillo, reunió a sus ejércitos y reconquistó el reino.

 

El día en que entró  victorioso hubo una gran celebración con música y bailes… él se sentía muy orgulloso de sí mismo.

 

El anciano estaba a su lado en el carro y le dijo: –En este momento vuelve a leer el mensaje. – ¿Qué quieres decir? –Preguntó el rey–. Ahora he vencido, estoy celebrando, no estoy desesperado y no me encuentro en una situación sin salida.

 

–Escucha –dijo el anciano–, este mensaje no es solo para situaciones desesperadas; también es para situaciones placenteras. No es solo para cuando estés derrotado; también es para cuando te sientes victorioso. No es solo para cuando seas el último; también es para cuando seas el primero.

 

El rey abrió el anillo y leyó el mensaje: «Esto también pasará», y nuevamente sintió la misma paz, el mismo silencio en medio de la muchedumbre que celebraba y bailaba; pero el orgullo y el ego, habían desaparecido.

 

El rey pudo terminar de comprender el mensaje.

 

Sin importar cuán intensas y abrumadoras sean tus tristezas, recuerda que «esto también pasará». La vida es una sucesión constante de experiencias, y ninguna de ellas es permanente. Aprende a disfrutar de las alegrías mientras duran y a mantener la calma en medio de las tristezas, sabiendo que con el tiempo, todo cambia. Este mensaje del anillo nos enseña la humildad y la sabiduría de aceptar la vida, tanto en los momentos más oscuros como en los más brillantes.