Guía breve para manejar el duelo de los niños

Enfrentar el duelo es una tarea difícil y con niños el proceso es aún más delicado. La muerte de un ser querido, sin importar la edad que se tenga, es una experiencia donde se siente un dolor profundo. Un niño no debería estar exento de la muerte de un familiar o persona cercana. Si se omite la realidad, esto podría causar que el menor sienta traición o falta de confianza en él.

¿Cómo usualmente reaccionan? Es importante recordar que los niños pasan de momentos de tristeza a momentos de juego; esto se debe a que difícilmente soportan el dolor de manera continua. Sin embargo, la rabia, la tristeza o la culpa suelen estar presentes cuando alguien ha partido. Es recomendable el diálogo y el acompañamiento para que puedan expresar sus sentimientos en libertad. Reprimir su tristeza solo contribuirá a un duelo más tormentoso.

¿Cómo ayudarlos? El amor y el afecto son pilares fundamentales para un proceso de sanación integral. Es importante que los niños no se sientan solos y que las muestras de afecto sean constantes. Asimismo, resulta imperativo mantener las rutinas, las normas y los horarios que se tenían previo al fallecimiento. Si existe inquietud o ansiedad la actividad física ayuda a disminuirlas.

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