Mi pobre angelito
Mi pobre angelito es una divertida película que enmarca las aventuras de un niño que se queda solo, accidentalmente, en Navidad y quien se defiende de forma ingeniosa de unos ladrones que intentan asaltar su casa. La psicóloga de nuestra Unidad de Duelo, Martha García, nos proporciona varios puntos de reflexión sobre este filme:
La vulnerabilidad
Se puede hacer una relación entre la vulnerabilidad de este pequeño y la de una persona en duelo. Los ladrones buscan atacar al menor porque está solo y no tiene a alguien que lo proteja, sin embargo, él encuentra las maneras de defenderse de esos peligros. Del mismo modo sucede con el duelo por muerte. El doliente es vulnerable y debe sacar herramientas que le permitan continuar su vida y hacer frente a la tristeza. La especialista comenta que «una de las cosas que siempre trabajamos aquí (Unidad de Duelo) es: ¿Qué has logrado hacer a pesar del dolor?».
Las pérdidas y las emociones
Se identifica el pensamiento mágico y las fantasías de los niños que se manifiestan en la etapa de duelo. En la cinta, el niño vive el abandono de su familia, aunque no se da por muerte, él se queda solo y lo atribuye a haber deseado que desaparezcan. Mientras continúa su vida, poco a poco se hace más consciente de la pérdida, de sus necesidades y de los nuevos roles que tiene que asumir. También se pueden reconocer algunas emociones que surgen en el duelo, cuando la madre del protagonista nota la ausencia del menor y siente culpa, frustración, impotencia, soledad.
La reconciliación
Luego de la pérdida de un ser querido, pueden surgir algunos conflictos dentro de la familia. La Navidad es el tiempo propicio para abrir la puerta a la reconciliación y al perdón, como lo vemos en la cinta. La psicóloga explica que, a través de pequeños actos como reuniones por motivo de las fiestas, se puede iniciar el camino para acercarse a aquellos que se han distanciado.