Niños eternos, tres historias llenas de amor y valor

 Niños eternos, tres historias llenas de amor y valor

Tres historias llenas de amor y valor

Perder a un hijo es una experiencia que acompaña para toda la vida. La manera en que se consiga interiorizar la pérdida determinará la desconocida manera de volver a vivir sin ellos, aún más si se trata de niños pequeños.
Este camino está lleno de recuerdos e ilusiones perdidas, pero misteriosamente hay quienes han conseguido convertir ese inmenso dolor en una experiencia transformadora.
A continuación citamos tres testimonios llenos de valor. Tal vez, al leerlos se sienta identificado con alguno de ellos, tal vez no. Sólo esperamos que esta lectura le ayude a identificar que cada duelo es único y diferenciado.

 

Cecilia Padilla – Donar la leche de su hija le ayudó a atravesar su duelo perinatal

 

Cuando Cecilia tenía 22 semanas de embarazo, una ecografía encendió las alarmas. Después de varios estudios descubrieron que la niña en camino tenía una cardiopatía congénita severa. Alfonsina sólo vivió 15 días.

Entre el dolor paralizante y la necesidad de hacer los trámites para el sepelio, la única certeza que tenía Cecilia era que no deseaba inhibir la lactancia, para la que tanto se había preparado. Ella decidió bajar la producción de leche naturalmente, como una forma de despedirse de Alfonsina.
Así fue como decidió donar la leche que ella tanto había anhelado para su pequeña.
Para Cecilia la vivencia fue reparadora, porque la sintió como una forma de maternar a Alfonsina, y como un acto de amor y un regalo para otros niños que estaban internados en el hospital.

 

Eric Clapton – Un historia de amor a través de la música

 

Conor, el primer hijo del famoso guitarrista Eric Clapton tenía cuatro años y medio cuando al jugar a las escondidas con su niñera cayó al vacío por una ventana desde el piso 53.
Después de la trágica muerte de su pequeño el guitarrista encontró refugio en el arte. Él grabó Tears in Heaven, el mayor éxito de su carrera.

 

En la entrega de los Grammy de 1993, el guitarrista se llevó seis estatuillas. Tears in Heaven obtuvo las de mejor canción, grabación del año y mejor interpretación vocal masculina pop. Esa noche Eric, emocionado dijo: “Es un gran honor para mí, pero perdí lo que yo más amaba, lo que realmente amaba. Tendría que agradecerle a muchas personas, pero a la única que quiero agradecer es a mi hijo por todo el amor y, también, por la canción que me dio”.

 

Patricia Maldonado – Un homenaje a su memoria

 

La muerte repentina de su hijo de 14 años, por una malformación cerebral hizo posible que la familia trabajara para las personas que sufren.
Eduardo era la alegría de la casa, una luz que contagiaba a toda la familia. Por eso su muerte repentina fue una herida profunda para todos.
Patricia decidió que su dolor no iba a opacar la plenitud y alegría de la memoria de su hijo.

 

Hoy sonríe desde el cielo

 

Mi mayor homenaje es ayudar a que la gente sufra menos, que aprendan a asumir las pérdidas y a echar para adelante”. Este trabajo lo realiza en familia, por medio de la orientación familiar, talleres de oración y vida, también como un camino para recuperar el sentido de la vida con Dios y en Dios.

 

“Aceptar su muerte también ayudó a que no tuviera complejos de culpa, pensamientos de “si hubiera hecho esto o si no hubiera hecho lo otro”, dijo conmovida.

 

A raíz de la pérdida de Eduardo su familia ganó en humanidad, en servicio al prójimo, en sabiduría, en saber que el amor y la ayuda que se da aquí y ahora es importante.

 

Estas tres historias llenas de amor y valor contienen un gran mensaje, la esperanza que un niño puede inspirar en sus padres es capaz de cruzar todos los límites de la vida.