Viviendo en tinieblas: Apagones, tiempo en familia
Nuestro país está atravesando un momento complicado. La crisis energética en Ecuador y los constantes apagones, algunos de más de 12 horas, han transformado nuestra ciudad, porque los lugares que antes estaban llenos de alegría ahora están llenos de oscuridad, de incertidumbre, e incluso vulnerabilidad.
En Guayaquil, por ejemplo, los locales cierran sus puertas más temprano y quienes antes disfrutaban de los espacios acogedores de la ciudad, ahora se apresuran, con linterna en mano, a buscar refugio en la seguridad de sus hogares.
Pero en medio de esta oscuridad, hay maneras de encontrar un poco de luz, sobre todo si se lo vive en familia.
Aquí algunos consejos y actividades que pueden convertir la oscuridad en una oportunidad de conexión familiar:
- Juegos de mesa y las actividades sin tecnología
Una partida de ajedrez, un juego de cartas o incluso una ronda de mímicas pueden ser motivos de risas e integración, después de todo, cuando las pantallas se apagan, se encienden los recuerdos.
- Conversar bajo la luz de las velas
La falta de luz nos puede permitir desconectarnos del ritmo acelerado de la vida moderna y reconectarnos con quienes amamos. ¿Por qué no aprovechar estos momentos para hablar de historias familiares, de metas planteadas o simplemente escuchar qué tal el día de cada uno? A veces, la mejor medicina para el alma es una conversación sincera.
- Planificar y organizar
Podemos hacer que el tiempo sin luz sea productivo reorganizando algún espacio del hogar o planificar actividades para los próximos días. Hacerlo en familia puede dar un sentido de logro y ayudar a mantener la mente ocupada.
- Un momento para la reflexión y la oración
La oscuridad puede ser un recordatorio poderoso de nuestra vulnerabilidad y también de nuestra resiliencia. Aprovechemos este tiempo para reflexionar, para meditar o para hacer una oración en familia. Pedir por un mejor futuro y por la fuerza para superar este desafío juntos.
Los cortes de energía también nos enseñan a valorar las pequeñas cosas, como el tiempo de alegría y esperanza que trae consigo el mes de diciembre. Esta época navideña nos recuerda que aún tenemos el privilegio de mirar al cielo, ver las estrellas, y recordar bellos recuerdos.
Mientras deseamos que estas dificultades terminen pronto, recordemos que lo que más brilla en momentos oscuros es nuestra capacidad de estar juntos, de cuidarnos y de buscar esperanza en lo simple. La energía volverá, y con ella, la normalidad. Hasta entonces, que estos tiempos sirvan para fortalecer el amor, la unión y la fe en que vendrán días mejores.