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¿Por qué despedimos a nuestros seres amados con una velación?

 ¿Por qué despedimos a nuestros seres amados con una velación?

La velación de las personas fallecidas parece tener origen en la Edad Media. En aquella época el estaño, un elemento químico atómico, estaba presente en el día a día de hombres y mujeres. No eran pocos los casos de envenenamiento con estaño ya que estaba presente en platos o utensilios de cocina. Como resultado del envenenamiento las personas podían sufrir una catalepsia de varios días.


Una catalepsia es un trastorno nervioso repentino que causa inmovilidad del cuerpo y pérdida de sensibilidad. También reduce los signos vitales considerablemente y por aquella época era imposible detectar si se trataba de una catalepsia o algo definitivo.  Por ende, los velorios se convertían en la última esperanza de los familiares ya que había la posibilidad de que el difunto abriera los ojos.


Incluso, había lugares en los cuales se mantenía el sepulcro abierto durante tres días ya que se podía tratar solo de una catalepsia.


Con el tiempo, la práctica se volvió tradición y aún en nuestros días continuamos velando a nuestros seres queridos. Los avances médicos con los cuales contamos en la actualidad, nos permiten conocer si una persona ha fallecido o no. Sin embargo, el velorio sigue siendo una práctica extendida en señal de homenaje y afecto a la persona que ha partido. Familiares y allegados del difunto se unen en un adiós eterno. Entre cánticos y flores se despide la presencia física pero se abrazan los recuerdos que quedarán por siempre.